Consejos para reconocer, tratar y evitar la transmisión de la conjuntivitis | Innova ocular
LOS ESPECIALISTAS RECOMIENDAN CONSULTAR SIEMPRE AL OFTALMÓLOGO PARA PREVENIR COMPLICACIONES Y CONTAGIOS
Este proceso ocular es uno de los motivos de consulta al especialista más frecuentes, sobre todo en esta época del año, en parte por lo incómodo que es, pero también por su elevada tasa de contagio. Por eso es importante sumar a las pautas de tratamiento unas sencillas medidas de higiene que reducirán su riesgo de transmisión
Martes, 11 de abril de 2017 (Valencia) – Aunque no reviste gravedad ni deja secuelas, la conjuntivitis es uno de los procesos más incómodos, además de muy contagioso, que se pueden sufrir a nivel ocular, lo que lleva a ser uno de los motivos de consulta al especialista más frecuentes, sobre todo en esta época del año.
Por ello, los profesionales de Innova Ocular Clínica Vila recuerdan en estos días algunos consejos para prevenir, tratar y evitar el contagio de esta inflamación de la conjuntiva (capa que reviste el interior del párpado y que cubre la parte blanca del ojo) y cuya aparición puede deberse a varias causas, lo que marca su clasificación.
Así, la conjuntivitis viral puede ser causada por diferentes virus, muchos de los cuales están asociados a infecciones de las vías respiratorias; mientras que la bacteriana, provocada por la infección de ciertas bacterias en el ojo, es la modalidad que más fácilmente se contagia y resulta muy frecuente en niños. Finalmente, la conjuntivitis alérgica está provocada por la reacción del organismo a sustancias como el polen, los ácaros del polvo, los pelos de los animales, las lentes de contacto, el líquido para limpiarlas o los cosméticos.
Independientemente de su tipología, en cualquiera de los casos sus síntomas son relativamente fáciles de reconocer -aunque pueden variar según la causa-, siendo los más frecuentes el picazón y ardor de ojos, la sensación de cuerpo extraño o arena, el enrojecimiento o inflamación de la parte blanca del ojo o detrás del párpado, la mayor cantidad de lágrimas, la aparición de secreciones blancas, amarillentas o verdosas y de legañas y costras en ojos o pestañas, y una mayor sensibilidad a la luz.
Pautas de tratamiento
Las pautas de tratamiento a seguir también vienen dadas por la causa que genere la conjuntivitis, según indican los especialistas de la clínica valenciana. De esta forma, mientras que la conjuntivitis leve generalmente se cura sola, es importante aplicar lo antes posible medidas como la realización de una limpieza de los ojos y la eliminación de las secreciones con un paño limpio, agua hervida tibia o suero fisiológico. Las compresas frías y los analgésicos son igualmente útiles. Sin embargo, el tratamiento médico, que suele pasar por la administración de colirio o gel antibiótico, siempre debe ser prescrita y controlada por un oftalmólogo.
También se debe acudir al especialista en los casos de enrojecimiento intenso, si causa problemas en la vista (sensibilidad a la luz, visión borrosa…) que no mejoran al eliminar la secreción de los ojos, cuando la conjuntivitis va acompañada de dolor en los ojos entre moderado y fuerte, si hay inflamación de la conjuntiva en un paciente inmunodeprimido por afecciones médicas o tratamientos, si los síntomas empeoran o continúan, ante la ausencia de mejora tras 48 horas de tratamiento de la conjuntivitis bacteriana con antibióticos, y si hay sospecha de una forma grave de conjuntivitis viral (como la causada por los virus del herpes simple o de la varicela-zóster).
Los expertos de IO Clínica Vila aconsejan también acudir a un centro especializado para prevenir complicaciones y contagios, ya que otra de las características más molestas de la conjuntivitis, y que más complican a nivel familiar y social (contagio en cascada del grupo familiar completo, ausentismo escolar, bajas laborales…), es su elevada tasa de transmisión, sobre todo en el caso de la tipología bacteriana.
Reducción del contagio
De hecho, muchas de las dudas e inquietudes de la población respecto a esta afección ocular se centran justamente en cómo evitar y reducir su riesgo de contagio, lo que pasa por que la persona afectada aplique una serie de medidas de higiene que no por sencillas son menos eficaces.
Así, limpiar la secreción alrededor del ojo varias veces al día, enjuagándose las manos antes y después y usando un paño limpio o una bola de algodón para limpiar el área del ojo; lavarse las manos también después de aplicar gotas o pomada para los ojos, y no utilizar el mismo envase de éstas para los ojos infectados que para los sanos, aun en la misma persona; y lavarse las manos frecuentemente con agua tibia y jabón o usar limpiadores para manos a base de alcohol, son algunas de las pautas básicas.
Igualmente, es recomendable no usar lentes de contacto, lavar frecuentemente las gafas, evitar tocarse o restregarse los ojos y no realizar baños de inmersión. Finalmente, se deben lavar las fundas de almohadas, sábanas, paños y toallas con agua caliente y detergente, y enjuagarse las manos después de tocar estos artículos, que no deben ser compartidos por la persona afectada, como el maquillaje para ojos y cara, cepillos cosméticos, lentes de contacto y envases, ni tampoco, por supuesto, las gafas.